Veinte de junio, Erik Satie,

horas quemadas de un domingo.

El mundo aprisionado en el cerebro.

Teléfono dormido. Solamente mi gato

busca en vano mis ojos.

La música se refiere a un después

que ya pasó. En la imaginación

el tiempo está cristalizado. En ca

da cristalito viven

imágenes imposibles de creer.

No escucho noticieros. Las noticias

son un esquema sobre el cual las arañas

van destejiendo minuciosamente

toda la realidad.

La música reanima las imágenes

fascinantes de los cristalitos:

la belleza más bella,

la que causa dolor.